La nueva normativa adoptada por el Consejo tiene como objetivo construir una red de transporte fiable de alta calidad que garantice una conectividad sostenible en toda Europa sin interrupciones físicas, cuellos de botella ni enlaces inexistentes.
El Reglamento establece tres plazos: hasta 2030 para la red principal, 2040 para la red principal ampliada y 2050 para la red global. Con el fin de asegurar que la planificación de las infraestructuras se adapte a las necesidades operativas reales e integre diferentes medios de transporte como ferrocarril, carretera y vías navegables, el nuevo Reglamento combina los corredores de la red básica con los corredores ferroviarios de mercancías en los “corredores europeos de transporte”.